¿Alguna vez has venido a tu tiempo de oración y no tenías idea de qué decir?

Tu corazón estaba lleno de preocupaciones y asuntos personales. Luchaste por encontrar las palabras. Incluso luchaste con la forma de acercarte a Dios. Simplemente, bueno, te sentiste agotado en la oración.

Tal vez usted ha estado cargando con un problema durante tanto tiempo que ya no tiene más formas de orar al respecto. No tienes nada más que decirle a Dios o pedir. Tal vez esa carga ha causado tal angustia en tu corazón que te pierdes en la frustración o el silencio.

Lo primero que quiero que sepas es que Dios lo sabe. Él se preocupa por ese lugar con el que luchas en la oración.

La oración puede ser difícil. A veces puede sentirse como trabajo. Cuando te sientes así, es posible que no sepas qué decir. Puede sentir que sus palabras apenas salen de sus labios. Déjame asegurarte que incluso la persona más experimentada en la oración también se siente así.

La oración no se trata de hacerlo bien o hacerlo como lo haría un pastor u otro líder espiritual. Se trata de que vengas al Padre y le abras tu corazón. La oración se trata de relaciones. Se trata de que creas que Dios te escucha.

Jeremías 33:3 dice: “pídeme y te daré a conocer secretos sorprendentes que no conoces acerca de lo que está por venir.”.

Esta es una promesa a la que puedes aferrarte cuando las aguas de la oración parezcan difíciles. Te animo a que vengas tal como eres. Ven con toda la emoción o sin emoción. Ven a sentarte en silencio. Ven con lágrimas. Pero, solo ven.

¿Por qué? Porque la oración es una conversación bidireccional y a Dios nunca le faltan palabras. Entonces, cuando te quedas sin palabras, Él no lo está.

Déjame darte algunos consejos para cuando tus palabras no estén seguras:

Lugar tranquilo

Si puedes estar a solas en un lugar privado con Dios, hazlo. A veces, un cambio de ambiente nos ayuda a orar y sacar nuestras palabras. A veces, en ese espacio, podemos escuchar mejor nuestros propios pensamientos y no necesitamos decir nada. Un lugar tranquilo es un gran lugar para dejar pasar el día y dejar que Dios se derrame en el espacio de tu corazón.

Sea honesto con Dios

Cuando te sientas inseguro de qué decir, tómate el tiempo en ese lugar y sé sincero contigo mismo y con Él sobre dónde estás y qué sientes. Esa honestidad puede ser tu amor por Él, la ansiedad de tu alma, el dolor o la pérdida que sientes o lo que sea. Simplemente abre tu corazón con honestidad.

Oraciones guiadas

Este es bueno. A veces, es posible que necesite hacer una oración guiada. Estos se encuentran en libros de oración o devociones donde alguien ya tiene una oración escrita que puede usar como punto de partida para la oración. Estos tipos de oraciones se pueden encontrar en todo tipo de temas y son excelentes puntos de partida cuando te faltan palabras.

Orando las escrituras

Este es un gran lugar para comenzar también. Ore por sus pasajes favoritos de las Escrituras. Un buen lugar para comenzar es el libro de los Salmos. Elija un capítulo que sea favorito o uno que esté hablando de su situación y ore la palabra de Dios de regreso a Él. En poco tiempo no se quedará sin palabras.

Escuchando

Escuche después de haber tenido un tiempo de oración. Incluso si tus palabras son pocas e inseguras. Empieza a sentarte en silencio con tu propio corazón. Trate de concentrarse en lo que el Señor le está diciendo en ese momento. Al Señor le encanta hablar con Sus hijos. Él puede decir mucho o poco, pero Él hablará Su voluntad a tu corazón.

Quiero compartir esta hermosa promesa de las Escrituras sobre la oración...

Filipenses 4:6-7 dice: “No se preocupen por nada; en cambio, oren por todo. Díganle a Dios lo que necesitan y denle gracias por todo lo que él ha hecho. 7 Así experimentarán la paz de Dios, que supera todo lo que podemos entender. La paz de Dios cuidará su corazón y su mente mientras vivan en Cristo Jesús..” (NTV)

Mantenga este versículo cerca. Deja que la paz venga y se instale en tu corazón. Deja que esa paz de Dios, aun en tu incertidumbre, ahuyente la ansiedad. Deja que la paz llene tu corazón querido amigo.