Cuando David y sus hombres vinieron a Siclag al tercer día, los de Amalec habían invadido el Neguev y a Siclag, y habían asolado a Siclag y le habían prendido fuego. 2 Y se habían llevado cautivas a las mujeres y a todos los que estaban allí, desde el menor hasta el mayor; pero a nadie habían dado muerte, sino se los habían llevado al seguir su camino. 3 Vino, pues, David con los suyos a la ciudad, y he aquí que estaba quemada, y sus mujeres y sus hijos e hijas habían sido llevados cautivos. 4 Entonces David y la gente que con él estaba alzaron su voz y lloraron, hasta que les faltaron las fuerzas para llorar. Las dos mujeres de David, Ahinoam jezreelita y Abigail la que fue mujer de Nabal el de Carmel, también eran cautivas. 6 Y David se angustió mucho, porque el pueblo hablaba de apedrearlo, pues todo el pueblo estaba en amargura de alma, cada uno por sus hijos y por sus hijas; mas David se fortaleció en Jehová su Dios. 1ra Samuel 30:1-6

Los de Amalec habían invadido la ciudad donde vivía David, Más nadie había muerto, sino llevados cautivos, las mujeres y los niños fueron reservados como esclavos, y los ancianos perdonados por respeto a sus años.

Vino David con los suyos a la ciudad, y he aquí que estaba quemada, el momento que enfrentaron fue un momento de completa desgracia, se habían llevado a las esposas e hijos, se quedaron sin familia y sin nada.

Sus hombres no podían ver otra cosa más que sus pérdidas, el pueblo estaba lleno de llanto, dolor, amargura, y aunque David también había perdido a sus familiares y todo lo que poseía, el pueblo comenzó a culpar a David hasta el punto que hablaron de matarlo a pedradas.

David lloraba igual que todos, sufría igual que todos, Pero David lo soportó mejor al fortalecerse en Dios, busco fuerzas en Dios para enfrentar semejante situación, él era el líder, el capitán, por eso lo culpaban a él, la presión sobre sus hombros era grande. Por ello David busco fuerzas en Dios.

Cuanto enfrentemos momentos difíciles, duros de sobre llevar, debemos buscar fortaleza en nuestro Señor Jesús, en el Señor podemos recobrar ánimo, aliento, fuerza aun en los peores tiempos.

Antes de sucumbir en un espíritu de abatimiento, desesperación, desesperanza, debemos correr a los brazos de nuestro Señor Jesús y pedirle fuerza, fortaleza para enfrentar lo que sea.

Por medio del Espíritu Santo podemos tener consuelo, fuerza, energía, confianza en Dios, para enfrentar las dificultades, pero debemos buscar esta fortaleza en Dios. David encontró su fortaleza en Dios y comenzó a buscar una solución y Dios se la dio.

En la vida tendremos diferentes situaciones que enfrentar, decisiones que tomar, pero Jamás lo olvide, cuando enfrente momentos difíciles en la vida, en el trabajo, con la familia, con las relaciones, busquemos la fortaleza en Dios.