“ La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo.". - Juan 14:27

Estamos parados en medio de tiempos difíciles. El coronavirus es una pandemia de propagación mundial que afecta a personas de todos los continentes y de todos los ámbitos de la vida, jóvenes, niños y ancianos. Todos estamos en riesgo.

Es fácil entrar en pánico en este momento. Tal vez te sientas tentado a acumular suministros, mirar ansiosamente las noticias o preocuparte por todas las cosas horribles que podrían pasar a ti y a tus seres queridos.

Estas son reacciones humanas naturales y normales a los momentos caóticos. Pero el hecho de que el pánico sea una reacción tentadora no lo convierte en su única opción. Hay otra opción que puede verse tentado a pasar por alto: y es la paz.

¿Qué es la paz?

A menudo, pensamos en la paz como una bendición deliciosa con la que tropezamos de vez en cuando. Tal vez sintió paz cuando se tomó un día libre a mitad de semana para pasar un tiempo en la playa o cuando escuchó la noticia de que el cáncer de un ser querido no ha regresado.

Pero la paz no es solo una bendición inesperada. También es una elección.

La paz es algo en lo que podemos elegir caminar, en medio del Coronavirus, ante una pandemia mundial, cuando tememos perder nuestros trabajos. E incluso cuando nos preocupamos por alimentar a nuestras familias.

¿Cómo podemos encontrar la paz en momentos como estos?

Comienza con volver los ojos al trono de Dios. En el Salmo 47: 8, el salmista proclamó: “ Dios reina sobre las naciones; Dios está sentado en su santo trono."

Así como estas palabras eran verdaderas hace más de 2.000 años, siguen siendo ciertas hoy. Dios todavía está en el trono. Él todavía reina.

Haz una pausa para meditar en esa verdad por un momento, amigo. A pesar del caos, el dolor y la angustia que estamos encontrando en el mundo de hoy, Dios mantiene el control absoluto.

¿Dónde está Dios ahora?

En Mateo 10:29-31 Jesús proclama: “¿No se venden dos gorriones por una monedita?^[d] Sin embargo, ni uno de ellos caerá a tierra sin que lo permita el Padre; ³⁰ y él les tiene contados a ustedes aun los cabellos de la cabeza. ³¹ Así que no tengan miedo; ustedes valen más que muchos gorriones."

Eres precioso para Dios. Teje tus células juntas. Él eligió el color de tus ojos y eligió el tipo de par que tendrías. Pintó en tus pecas y se alegró de darte esa "marca de nacimiento" en la espalda. Él ama tu corazón y se deleita con el sonido de tu risa.

En medio del caos, es fácil olvidar estos hechos. Es tentador creer que Dios está distante, pero nunca ha estado más cerca de ti. Él te ama y ama a los que amas.

¿Le importa a Dios el coronavirus?

Mateo 14:14 dice:"Cuando Jesús desembarcó y vio a tanta gente, tuvo compasión de ellos y sanó a los que estaban enfermos."

Cuando Jesús vino a la tierra, una de las marcas de su ministerio fue su poder sanador sobre todas las enfermedades y discapacidades. Algunas personas se sanaron de la enfermedad simplemente tocando el borde de su manto.

El mismo Jesús que tuvo compasión por los enfermos y frágiles hace miles de años todavía tiene compasión por los que sufren. Todavía se preocupa profundamente por cada resfriado, gripe y virus que encontremos en esta tierra.

¿Qué puedo hacer para compartir mi fe?

Si eres un hijo de Dios, hoy, puedes alegrarte. Estás en medio de una maravillosa oportunidad para compartir tu fe. Nunca antes la gente había estado tan desesperada por palabras de aliento y esperanza.

Puedes sembrar semillas de amor y gracia siendo amable con quienes te rodean (incluidos los que encuentras en la tienda de comestibles y en el consultorio del médico).

Puede mostrar el amor de Cristo al compartir sus recursos con aquellos que no tienen ninguno. Puede compartir la paz de Dios eligiendo recordar el cuidado y la provisión de Dios en tiempos pasados.

Oremos juntos…

Dios, hoy nos regocijamos en tu soberanía. Elegimos recordar que tu tienes el control y que ningún virus, gripe o enfermedad puede ingresar a nuestras vidas sin su permiso divino. Solo tú tienes el poder de la vida y la muerte.

Oramos por aquellos que han sido afectados y serán afectados por el Coronavirus. Pedimos una sanidad completa sobre sus cuerpos y una paz continua sobre sus corazones y mentes. Pedimos recuperaciones rápidas.

Oramos por aquellos que trabajan en la profesión médica en este momento. Estos doctores y enfermeras que están ciertamente cerca de tu corazón. Por favor, protégelos de esta horrible enfermedad. Consuélalos como ellos consuelan a los demás. Anímalos en medio de la batalla y recuérdales que estás cerca.

Así como tú tienes control total sobre cada virus, Padre Celestial, le pedimos que detenga este virus mortal. Acelera el desarrollo de vacunas u otra forma de ayuda medicinal. Que no se pierdan más vidas por esta enfermedad mortal.

Finalmente, Dios, oramos por aquellos que han perdido o perderán seres queridos por el Coronavirus. Extiende tus manos de compasión ayúdanos a ser compasivos, rápidos para llorar con aquellos que están sufriendo, compartiendo sus penas y consolándolos en su aflicción.

Gracias por todo lo que has hecho. Gracias por mantener el control, incluso cuando el mundo se siente caótico y aterrador. Dirige nuestros ojos hacia ti en estos momentos. Mantén nuestras miradas fijas en la Cruz. En el nombre de Jesús, amén.