Posted On 11 Apr 2019
¿Preocupado por su futuro?
Mis planes para ustedes solamente yo los sé, y no son para su mal, sino para su bien. Voy a darles un futuro lleno de bienestar. Jeremias 29:11. TLA
Muchas personas van por la vida, preocupados, y hasta angustiados de que será de su futuro lejano o cercano.
Es por ello que debemos poner nuestro futuro en las manos de Dios, esas son las mejores manos en las que podemos confiar.
Los que somos de fe, somos los hijos de Abrahán, y así como él entrego su futuro en las manos de Dios, nosotros debemos hacer lo mismo, porque hemos recibido el mismo llamado que Abrahán recibió.
Dios quiere hacer grandes cosas con cada uno de nosotros, pero debemos entregarle en sus manos nuestro futuro y confiar en plan perfecto para cada uno de nosotros.
Muchos dicen que viven por fe, pero tienen temor del mañana, es tan fácil entregarle al Señor nuestro pasado, pero nosotros queremos seguir manteniendo el control de nuestro futuro.
Dios es un Dios de amor. Dios es un Dios de propósitos, Dios es un Dios que bendice, Dios es un Dios que tiene poder, Dios es un Dios que responde a la fe, Dios es un Dios que consuela, y cuando el futuro no es lo que esperábamos, no culpe a Dios, no murmure, no reniegue, no hable mal, confié en que Dios está obrando para bien, su futuro está en las manos de Dios.
Es posible que hoy usted esté sufriendo, enfermo, sin dinero, etc. y diga que hice mal, La gente que no tiene a Cristo ve que usted a pesar de todo lo que sufre, de todo lo que ha pasado, usted no retrocede, usted no se rinde. Esto significa que el evangelio de poder está siendo predicado con su vida.
Si usted quiere vivir en el Espíritu, si usted quiere caminar en paz, ponga todo su futuro en las manos de Dios, Si usted confía su futuro en las manos de Dios, Dios no le va a fallar, Dios lo va a ayudar, lo va a proteger, usted no será avergonzado.
Si usted confía su futuro en las manos de Dios:
- No habrá enfermedad que lo destruya.
- No habrá recesión económica que lo desespere.
- No abran presiones de la vida que lo desanimen.
- No habrá batalla que usted no gane.
- No habrá temor del infierno que lo atormente.
- Su ministerio será aprobado por el Señor.
- El Espíritu Santo será tu guiador, tu protector, tu fortaleza.